El desarrollo personal es muy importante para muchos de nosotros. Nos fijamos metas y queremos alcanzarlas. Sin embargo, no siempre sabemos cómo hacerlo. Por lo tanto, buscamos un método adecuado para nosotros.
Sin embargo, no es una tarea tan simple. El crecimiento está simplemente de moda, por eso Internet está inundado de muchos textos sobre este tema, y tenemos tantas opciones que nos golpea el llamado desastre de la cosecha. Es fácil perderse en todo esto y, a pesar de tener un objetivo claro, errar. El método 90-90-1 inventado por Robin Sharma puede ayudarte. ¿De qué se trata?
Distracciones y concentración
Uno de los mayores problemas en estos días es el enfoque, ya que resulta muy difícil para nosotros concentrarnos en una tarea. Queremos hacer mucho, pero, por otro lado, nos distraemos con mucha facilidad. No es de extrañar, porque hoy tenemos tantos estímulos a nuestro alrededor que cada vez es más difícil combatirlos.
Tenemos notificaciones en el teléfono desde prácticamente todas las aplicaciones, además, alguien puede llamarnos o escribirnos en cualquier momento. A menudo trabajamos con la ayuda de Internet, lo que hace que sea más fácil perderse en sitios web que no tienen nada que ver con el trabajo y pasan largas horas en ellos.
Necesitamos unos 20 minutos para volver a concentrarnos. Basta si algo nos distrae tres veces y ya perdemos una hora de trabajo, y la realidad es que puede haber muchas distracciones durante el día. No es de extrañar que estemos buscando formas de ganarle y trabajar de manera más eficiente.
¿Cuándo somos más productivos?
Aunque estamos divididos en búhos y alondras, y cada uno de nosotros tiene un ritmo de trabajo diferente, se ha comprobado que el mejor y más productivo momento para nosotros es justo después de despertarnos. Por lo general, hablamos de las 2,5 a 3 horas en las que nuestro cerebro funciona mejor.
Nuestro cerebro no solo funciona mejor en este momento, sino que también tenemos una voluntad más fuerte, somos capaces de actuar de manera consistente y lidiar con lo que es más importante para nosotros.
Sin embargo, el significado de la palabra «primero» es crucial aquí. Cuanto más demoramos en tomar medidas, menos concentrados nos volvemos y más difícil es comenzar a trabajar en el camino hacia la meta más importante.
Construyendo un hábito
La construcción de hábitos es esencial para la productividad. Durante algún tiempo se asumió que bastaba con realizar una actividad durante 30 días para que se convirtiera en un hábito. Sin embargo, con el tiempo, este tiempo se amplió a unos 66 días.
Desarrollar un hábito requiere mucha abnegación. Hasta que se convierta en algo común para nosotros, a menudo tenemos que obligarnos a hacerlo. Sin embargo, si pasamos por la fase de construcción, los efectos ciertamente serán visibles.
Vale la pena intentarlo y realizar un experimento. Prepara una hoja de papel, anota en ella el hábito que quieres desarrollar y tacha su implementación cada día. Si se trata, por ejemplo, de beber agua con más frecuencia, puede resultar que al principio 2 litros sea un problema para ti, y después de 2 meses se convertirá en tu día a día y no pensaras en ello en absoluto.
Método 90-90-1
Pero, ¿por qué mencionamos esto en el contexto del método 90-90-1? Porque tiene una relación cercana con ello. Este método se trata de que, durante 90 días, durante los primeros 90 minutos de tu día, haz una de las cosas más importantes para ti.
¿Por qué durante 90 días? – Como ya se mencionó, necesitamos alrededor de 2 meses para desarrollar un hábito. Sin embargo, para que este hábito realmente se nos meta en la sangre, Sharma se propuso realizar las actividades más importantes que nos acerquen al logro de nuestro objetivo durante 90 días. Entonces seguramente entrará en nuestra sangre y no será difícil para nosotros.
¿Por qué durante 90 minutos? – como escribimos anteriormente, durante las primeras 3 horas del día tenemos la mayor abnegación, somos los más consistentes. Sharma sugiere que al menos los primeros 90 minutos del día deben dedicarse a la tarea más importante.
Primera tarea: no nos desmoronemos y nos centremos en lo más importante. Por lo tanto, necesitamos saber qué es lo que más nos importa. Definamos una lista de prioridades y siempre tratemos con nuestro número 1.
Es fácil comenzar el día con distracciones: navegaremos por Internet en todos los ámbitos, miraremos algo, limpiaremos el escritorio… Todo esto hará que nuestra concentración no esté en las mejores condiciones.
Si queremos utilizar el método 90-90-1, en ocasiones tendremos que hacer sacrificios, como dormir. Cuando nuestro objetivo no está, por ejemplo, directamente relacionado con nuestro trabajo, el método requerirá que nos levantemos más temprano y tengamos una mañana menos tranquila.
Sin embargo, cuando estamos muy preocupados por nuestro objetivo y no podemos impulsarlo debido a nuestra distracción, la dedicación de este tiempo sin duda dará sus frutos. Si pospones algo a tiempo y esa es tu prioridad, definitivamente vale la pena intentarlo. Quizás resulte que gracias a desarrollar el hábito de usar los primeros 90 minutos del día todos los días, podremos implementar rápidamente los proyectos más importantes para nosotros.
El desarrollo personal a menudo requiere sacrificios y cambios en nuestra vida diaria. Incluso si no logramos alcanzar el objetivo deseado, siempre ganamos algo. Para muchos, la mera conciencia de que no se quedan quietos es muy importante en su vida diaria. Vale la pena implementar tus planes utilizando el método de pequeños pasos.